Como siempre, el trío formado por Jep, Benito y Tomás, no defrauda. Es fascinante sentir cómo son capaces de llevarte de viaje por las islas a través de la música y el baile. Un cartel con cualquiera de ellos es apuesta segura para disfrutar de un buen espectáculo.

En un recinto pequeño, con buenas condiciones acústicas agradezco eliminar la megafonía y sentir el intimismo de unas malagueñas. Agradecí que no estuviera muy alto el sonido. Una vez fui a oír fado, otra música íntima, y no he vuelto más , era insoportable. Algunas piezas bien compactadas, otras no

Arte puro

Es la tercera vez que tengo el placer de verlos y disfruté tanto como la primera vez. Un regalo para los sentidos. El único inconveniente fue la poca educación de parte del público, hablando durante el espectáculo y grabando, aunque se avisó antes de comenzar. Se echa en falta personal de sala.

Como siempre se superan a ellos mismos.. Nunca me han decepcionado. Una hora y pico que se hace corta.