Al principio, una copa de vino gratis (no muy bueno) y Eva Olvido pinchando temazos, lo malo es que la chica que cantaba (que lo hacía muy bien) no tenía el micro ecualizado y sonaba fatal. Podías pedir una segunda copa de vino por 4 €, pero te la quitaban para entrar a la sala siguiente sin previo aviso. Los cortos, muy bien. Lo siguiente era sesión de relatos "eróticos" y en el escenario un saxofonista. Las expectativas se vinieron abajo cuando el saxo sólo intervenía entre un relato y el siguiente, tocando temas populares y cuando el narrador de los relatos entonaba como si fueran cuentos infantiles con una voz muy poco sugerente y unos relatos que pretendían mezclar erotismo con humor, de aquella manera. Algunos de bastante mal gusto, la verdad es que no nos hizo gracia. La comida muy buena, aunque no para venir sin cenar. Teniendo en cuenta que el evento era de 20h a 1h, pues echamos de menos un poco de picoteo, aunque fuera pagando. Nos sirvieron un canapé, una microtapa de arroz con pollo y una galletita de avena. Todo muy bueno, de una cocinera medio india medio canaria, pero la escasez nos hizo abandonar a mitad del siguiente número, el shibari. Muy bien verlo en vivo, lo hicieron genial, aunque (por la complejidad, se entiende) un poco largo -se sabe que con hambre, cualquier acto se puede hacer largo-. La entrada nos costó 25€, lástima que no los disfrutamos como esperábamos. Ánimo para próximas ediciones.